UN GOBIERNO DE CEOS PARA CEOS

Desde hace un largo tiempo, desde la FEDUN venimos advirtiendo que el Gobierno Nacional prepara el terreno para una reforma laboral a gran escala, tal como la que sufrió el pueblo hermano del Brasil.

Quizás el primer paso lo dio el ex Ministro de Educación y Candidato por la Alianza Cambiemos a Senador, Esteban Bullrich, en aquella época en la que se presentaba en charlas con empresarios afines como gerente de recursos humanos.

En aquella oportunidad habló acerca del problema de la Educación a futuro, dividiendo a los estudiantes en dos grupos: aquellos que van a crear empleos y aquellos que deben, según él, ser capaces de vivir en “la incertidumbre”.

«Debemos crear argentinos y argentinas capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla» rezaba el entonces Ministro de Educación, y lo cierto es que prepararnos para resolver o saber qué hacer ante situaciones de incertidumbre es bien diferente a vivir felices en un contexto de incertidumbre constante. Lo que propone el ex Ministro como uno de los dos caminos posibles representa el modelo esperado de vida que proponen aquellos que defienden las políticas de ajuste y flexibilización laboral que viene llevando a cabo estGobierno.

El candidato a Senador Esteban Bullrich no fue inocente en su declaración. En efecto defiende la lógica de reproducción de aquellos esquemas sociales en donde los trabajadores se encuentran arrojados a situaciones de incertidumbre y deben resolver sus conflictos por fuera de las instituciones.

Al ser esto imposible, por tratarse de circunstancias que trascienden el carácter personal, y ante la incapacidad de generar políticas de estado tendientes a solucionar estas situaciones, se espera que los individuos disfruten vivir en contextos de incertidumbre, que implican fundamentalmente no saber. No saber qué va a ser de tu vida, si algún día podrás alcanzar aquello que deseas; no saber de qué manera y cuándo se solucionarán tus problemas. Lisa y llanamente no saber qué va a ser de tu futuro.

Esa eterna espera, que genera inquietud, ansiedad y hasta depresión, no importa, porque como explica, es ese esquema el que los hace a ELLOS (los empresarios) capaces de construir un futuro.

De un tiempo a esta parte, las experiencias políticas neoliberales en América Latina, foguean las condiciones para que a través de la toma de decisiones de sus poderes se beneficie a quienes más tienen.

En aquella charla fue también claro cuando expresó “debemos crear más Marcos Galperín” y es precisamente el CEO de Mercado Libre quién ahora allana el camino para una reforma laboral, al respaldar la del gobierno de Michel Temer en Brasil y sugerir que Argentina debería “imitarla”.

Repudiamos los polémicos comentarios de Galperín acerca de la reforma laboral de Brasil, propiciadas por el gobierno de facto parlamentario de Temer, y el avance en detrimento de las conquistas en materia de derechos adquiridos para los trabajadores.

Esta reforma laboral introdujo más de cien modificaciones a la legislación laboral (todas ellas en favor de los empresarios) apuntando a la flexibilización laboral, tercerización, mayor cantidad de contratos intermitentes, permitiendo la negociación por empresa, dando a los acuerdos entre empleador/empleado más peso que a la ley, debilitando así la organización de los trabajadores, y afectando la jornada laboral, ampliándola a 12 horas por día y a 60 horas semanales, facilitando los despidos y reduciendo los costos laborales en términos de aportes patronales.

No podemos permitir que esta lógica de mercado camuflada bajo el argumento de la competitividad e innovación brinde las condiciones para imitar esta triste experiencia. Los derechos, pero sobre todo, las condiciones laborales de nuestros trabajadores no deben ser nunca una variable de ajuste para lograr que los que más tienen se sigan enriqueciendo a desmedro del resto.

Con las declaraciones del CEO de Mercado Libre queda cada vez más claro, este es un gobierno de CEOs para CEOs.