Y DALE CON EL RELATO DEL SUPERIOR

El ministro Bullrich, fiel a su prédica de tirar 15 para que pasen diez, ha distribuido, a través del Ministerio de Educación de la Nación, una serie de manuales escolares, donde explicita icónicamente, a modo de historieta, el relato patronal acerca del derecho de huelga, intentando instalar un sentido común sectario en la enseñanza de nuestros hijos, al mejor estilo del “lavado de cerebro”, que suelen denunciar a viva voz, cuando se trata de defender derechos del campo popular.

Es triste ver la chatura con la que abordan la temática. Un simple análisis semiológico de la grafía, nos revela cuál es la mirada, desde qué preconceptos parten y qué prejuicios portan en algo tan simple como estas dos viñetas a las que hace referencia la nota periodística que impulsa nuestra opinión.

Si bien verbalizan que hay un debate, desde lo icónico observamos que éste no se da entre dos iguales. Hay un personaje “adoctorado”, con traje y corbata, y otro obrerizado, con casco. El primero es más alto, habla primero, y termina explicando el porqué de la opinión, y cierra el debate, mientras el obrero se queda mudo, sin respuesta. El trajeado no sólo habla por él sino por el bien de la sociedad, mientras que el personaje menor, sólo habla de sus intereses sectarios.

Señor ministro, debería elegir mejor a sus colaboradores gráficos, porque este tipo de estigmatización caracterológica está un poco demodé. Si bien Goebbels, en pleno nazismo ascendente, ya utilizaba este tipo de estrategias para demostrar la superioridad racial y moral de los arios, en contra de las visiones pedestres de sus inferiores a ser dominados o masacrados, esta moralina sobre lo correcto desde la voz del “que sabe”, le queda bastante grande. Aunque le haya dado resultado. Hasta ahora.